Fuera de servicio: ascensores de Valparaíso entre la tradición, el olvido y nuevas ideas para su revitalización
Entre fallidas licitaciones, el paso del tiempo y el abandono, los funiculares resisten y la ciudadanía se preocupa. César Andrade, presidente de ASCENVAL, reflexiona sobre el actual estado de la red
Por Carlos Rodríguez Urra y Lukas Navarrete Aguayo
Valparaíso posee una fisionomía única debido a la proliferación de cerros. Estos han ido definiendo el paisaje urbanístico y las formas de vida comunitaria. Esta conformación hace que la ciudad sea fascinante para ser recorrida por los miles de turistas que llegan a la región. Son diversas las historias con componente humano que se han gestado en sus calles, a lo que se suma una clara vocación de la ciudad hacia su mar.
Un elemento que ha perdurado de antaño, ha sido la mecánica e ingenio de generaciones anteriores de porteños que buscaron facilitar el transporte entre los barrios de los cerros y el plan de la ciudad, donde se ubican las principales instituciones y comercios: son los ascensores de Valparaíso, un medio de transporte urbano bastante particular en Chile y el mundo, siendo un aspecto vital para el diario vivir e indiscutible parte de la identidad local.
La Municipalidad de Valparaíso ha sido parte importante de la administración para mantener este legado vivo, así como el Estado ha incidido como parte de sus políticas públicas. Junto con salvaguardar los ascensores reconociéndolos como monumentos históricos nacionales años atrás, hay acciones concretas que han buscado dar dinamismo al flujo de pasajeros incentivando su uso. Por ejemplo, la integración de tarifa con la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) que contempla la combinación Tren + Ascensor. Otros esfuerzos se han materializado para que la red funcione, con esfuerzos e inversiones para los ascensores Espíritu Santo, Cordillera y Concepción.
Si bien estas acciones son una demostración del compromiso de las entidades públicas por mantener la red, no todos los ascensores han tenido la misma suerte al llevar algunos ya varios años sin funcionar. El factor temporal ha pasado factura a diversos ascensores distribuidos en la ciudad. La situación de abandono de algunos de estos ha provocado que vecinos de diversos barrios estén desprovistos de su medio de transporte, considerando que en no todos los sectores hay presencia de transporte público de pasajeros: son los adultos mayores la población más afectada. El olvido, fallidas licitaciones y abandono de obras de empresas han dificultado que la red esté plenamente operativo.
La gran parte de los ascensores que hoy funcionan están ubicados en cercanías del sector Puerto, menos los distribuidos hacia el sector de Cerro Artillería (Ascensor Artillería) y Playa Ancha (Ascensor Villaseca). Mientras en la parte de la entrada al plan desde Viña del Mar sólo está operativo el ascensor del sector Barón.
Otros ascensores tienen sus trabajos de restauración inconclusos o no han logrado ser licitados. Por ejemplo, el ascensor Villaseca es un caso icónico del cual persiste una investigación de Fiscalía desde fines de 2019 por las interrupciones de sus obras por parte de la empresa que se había adjudicado el permiso. En tanto, la licitación para la recuperación del ascensor Lecheros, de propiedad municipal, se declaró desierta en el mes pasado. Por otro lado, el Polanco no está en funcionamiento por fallas en su maquinaria, mientras que el Concepción está cerrado al ser objeto de una vandalización.
La perspectiva de ASCENVAL
La Agrupación de Usuarios y Usuarias de Ascensores de Valparaíso (ASCENVAL) ha estado a la cabeza de una serie de iniciativas por dar cuenta de la situación de los ascensores de la comuna. Entre sus actividades, donde participan ciudadanos y vecinos de los cerros de la ciudad, contempla el seguimiento de la situación de los funiculares al punto de generar distintos informes que pueden visualizarse en supágina web, además de convocar oportunidades para que la población porteña pueda expresar sus puntos de vista en relación a la problemática. También, en cuanto a la reciente elección de la autoridad comunal, dieron cuenta ante los candidatos al sillón edilicio del estado de los ascensores y extendieron su preocupación.
César Andrade, presidente de la (ASCENVAL), conversó con ValparaData. El representante emplaza que la situación de abandono de algunos ascensores puede ser abordado de una mejor manera si son vistos como medio de transporte y no desde una perspectiva patrimonial, por lo que este enfoque demandaría cambios en cómo se administra la red.
Andrade nos comenta la historia de los ascensores de Valparaíso:
“Históricamente estuvieron en manos de empresas privadas, y lo que pasa es que el municipio empieza a adquirir ascensores, pero por goteo. Fue en los años 80 y antes que adquirió el Polanco, el Reina Victoria, el Peral (…) el San Agustín, el Barón (…). Entonces, claro, fue improvisando. Los fue adquiriendo, pero nunca he tenido una política robusta y un departamento robusto como para administrar los ascensores”.
Tiempo después, según nos comparte Andrade, fue en 2012 que el gobierno de turno como parte del plan ‘Legado Bicentenario’ compró 10 ascensores a privados con la finalidad de llevar a cabo su restauración. Estos fueron el Espíritu Santo, Concepción, Florida, Mariposas, Monjas, Artillería, Cordillera, Larraín, Villaseca y el terreno del Santo Domingo. Tres de ellos volvieron a operar como fueron el Concepción, Espíritu Santo y Cordillera. Sin embargo, uno de ellos como el Concepción protagonizó un aparatoso accidente en 2021 provocado por falta de mantención.
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La compra de ascensores, para Andrade, significó una carencia de un modelo de gestión que resultase claro y eficiente, ya que abordar la red desde una lógica patrimonial implica trabas en la resolución de problemas de gestión, así como el aumento de la burocracia. El representante de ASCENVAL da cuenta que en su momento el Estado al comprar los ascensores, los traspasó al Gobierno Regional. Este es un movimiento que le genera dudas: “¿el Gobierno regional qué tenía que ver? Si era el municipio el que los estaba administrando, aunque sea por goteo… ¿por qué no pasó a ser propiedad del municipio? ¿Y se los pasaron al GORE... a la intendencia? En ese tiempo ellos dicen ... ya lo asumo, pero yo se lo paso a la municipalidad ahora. Ya, entonces el Gobierno Regional compra diez ascensores con cuatro ascensores operativos. Entonces la gracia era la restauración del resto. Esa era la gracia de la política y 12 años después, los ascensores siguen cerrados y están en peores condiciones que antes. Algunos se están viniendo abajo, otros tomados, otros están llenos de maleza”.
En el caso de los ascensores donde las licitaciones se han caído, el representante de la ASCENVAL asume que “el problema aquí es político, que alguien tiene que tomar la decisión. El mundo político tiene que tomar la decisión de solucionar este problema y decir ‘el ascensor es un medio de transporte y tiene que estar dentro de una lógica y dentro de una normativa de medios de transporte y no de una normativa patrimonial’. Tiene que ser otra la actividad que esté a cargo de esto”.
Para el entrevistado aquí no se avisora un problema de financiamiento para la restitución de los ascensores, ya que el dinero está asegurado. Es así que “lo que faltan son los proyectos. Hay problemas con las licitaciones. El Ministerio de Obras Públicas se demora un montón en desarrollar una licitación de los ascensores”. Es entonces, que la discusión por la creación de una administración especial no se ha concretado, y esta preocupación aparece, según Andrade, cuando ocurren accidentes o los ascensores son noticia en los principales medios de comunicación.
Sobre la propuesta de la administración de los ascensores por parte de alguna compañía o entidad independiente, apunta que “hay un estudio que se hizo el año 2014 a cargo del Ministerio de Obras Públicas donde se elabora como un ranking, por decirlo, que menciona varias instituciones a distintas opciones. Pero ese estudio ahí está, hace diez años. Pero quedó ese estudio... nadie dijo ‘¡ya!... con este estudio vamos a ir y hablar con EFE’, por ejemplo, o a evaluar de verdad crear una corporación para administrar los ascensores o armar una empresa pública. Se ha conversado, se ha dicho que se podría crear una entidad que se dedique solo a administrar los ascensores porque el municipio es una institución que ve toda la comuna y los ascensores están dentro del departamento de la Dirección de Desarrollo Económico y ahí hay un Departamento de Ascensores. Pero es una de más de las distintas cosas que hace el municipio y la verdad que si tú me preguntas si alguien haya dicho ‘hay que vamos a evaluar en serio la opción que podemos ver para administrar a los ascensores’... no, no se ha hecho”.
Los ascensores de Valparaíso, como hemos mencionado, tienen una dimensión social importante. A ello, se le suma lo barato que puede ser para la población desplazarse entre su cerro y el centro de la ciudad puerto. En los ascensores en funcionamiento de la ciudad, la tarifa es de $100 (cien pesos chilenos). Es, entonces, que existe un evidente ahorro para la población que tiene habilitado un ascensor funcionando en su cerro. En la gráfica posterior, toma el supuesto del funcionamiento de algunos ascensores con cese de operaciones y una comparativa que significaría al usuario utilizar dicho medio para desplazarse frente al uso de un taxi colectivo.
De acuerdo a tarifas consignadas por la organización ciudadana, una tarifa de taxi colectivo puede variar entre los diferentes cerros. Por ejemplo, en el Cerro Mariposas puede haber una diferencia del triple respecto al valor de un viaje en ascensor con la tarifa única ($380), y en el caso del Lecheros es más distanciada la diferencia al anotar un valor de $1600 en un viaje frente a los $100 de una tarifa única en ascensor.
¿Son transporte público los ascensores?
Según destaca la propia ASCENVAL y se puede rescatar desde la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, los ascensores son considerados como un tipo de transporte público en el marco de la introducción de mejoras al Transporte Público Remunerado de Pasajeros (Ley 20.877, que modifica la ley 20.378), como parte de la llamada ley espejo del Transantiago.
Sin embargo, para la ASCENVAL la declaración de los ascensores como medio de transporte público es vacía en la medida que no haya unreglamento de mantención y seguridad. Ante este panorama, la organización en su web puntualiza que los ascensores no podrán acceder a dichos fondos.
Situación actual de algunos ascensores emblemáticos
ARTILLERÍA
En un recorrido que realizó ValparaData por la ciudad puerto, se ha constatado el actual estado del Ascensor Artillería. En particular, este funicular es uno de los más reconocibles debido a su clara visibilidad desde el sector de la aduana y por las vistas que ofrece a toda la bahía. Es por ello que, y debido a su estratégica ubicación y conexión hacia el Paseo 21 de Mayo, fue en su momento uno de los más frecuentados por los turistas. Según cifras que recoge la ASCENVAL, se realizaban hasta 30.000 viajes mensuales al momento de su cese de actividades en abril de 2021.
Ascensor Artillería. Fotos equipo ValparaData
Es posible observar el estado de abandono de los carros, así como el crecimiento de maleza. Además, están rayados y en al menos una de las puertas es posible ver evidentes signos de forcejeos. En la puerta de la estación, es posible apreciar un instructivo de la Municipalidad de Valparaíso que da cuenta cómo llegar hasta el Paseo 21 de Mayo.
CONCEPCIÓN
Un hecho vandálico ocurrió durante el 5 de diciembre de este año, en donde el Concepción, el que estaba operativo para el público, sufrió el quiebre de ventanal de un carro. El ataque perpetrado por una pareja bajo los efectos del alcohol implicó el cese de funciones del medio de transporte. Esto ha provocado que el ascensor esté sin operaciones hasta el cierre de esta nota. Si bien pertenece el inmueble al Gobierno Regional, es la administración municipal la que está a cargo en comodato. Desde la municipalidad se presentó una querella por daños contra la pareja implicada ante el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Este ascensor es el más antiguo de la red, cuya data es de 1883.
Foto equipo ValparaData
LECHEROS
Este es uno de los ascensores que, junto a los ascensores Villaseca y el Monjas, la ciudadanía ha aguardado su regreso debido a los avances en las licitaciones. Sin embargo, si bien en 2023 la Municipalidad adjudicó recursos desde el Fondo Nacional de Desarrollo Regional desde el Gobierno Regional para implementar un importante rediseño, la licitación se declaró desierta en noviembre de este año. Este ascensor dejó de operar en 2007, y la ASCENVAL denuncia que hay peligros de derrumbes y desprendimientos de planchas metálicas, así como existen problemas asociados a la seguridad debido a la entrada de personas no autorizadas debido a la falta de resguardos. Un hecho que lamentan los vecinos, ha sido un robo de cañerías en 2023 que derivó en una inundación en un edificio colindante. En la cuenta de Youtube de ASCENVALes posible apreciar el estado del funicular a 2024
VILLASECA
Imagen alojada en página web de ASCENVAL
ASCENVAL da cuenta que las obras de restauración fueron abortadas y las obras de restauración están inconclusas. Sus obras fueron dejadas en 2019, y en la actualidad el Ministerio de Obras Públicas (MOP) no ha podido poner una licitación al sistema para que otras empresas puedan ofertar. Las obras de la licitación habían sido adjudicadas en junio de 2017 a un monto que superaba los tres mil millones de pesos.
La propia página de la asociación da cuenta que en junio del 2021 el MOP informó que las obras se retomarían el primer trimestre del 2022 y que las obras tenían un avance (o retroceso) del 60%.
EL DATO: un poco más de historia de los ascensores en Valparaíso
Hace dos décadas, el estado de los ascensores de Valparaíso permitía dar cuenta de una red en plena vitalidad y funcionamiento. Según la memoria para optar al título de Ingeniero Civil Industrial por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso escrita por Claudio Puelles y Pablo Ulloa, titulado “Evaluación de la Red de Ascensores de Valparaíso”, al momento de la publicación de la tesis (diciembre 2003) en Valparaíso existían 15 ascensores en funcionamiento, de los cuales cinco eran de propiedad de la Municipalidad de Valparaíso y diez eran de propiedad de cuatro compañías privadas.
Tipos de administración de los ascensores de Valparaíso a 2003. Fuente: Claudio Puelles y Pablo Ulloa, en “Evaluación de la Red de Ascensores de Valparaíso”. Créditos de mapa conceptual: Equipo ValparaData
Si retrocedemos aún más en el tiempo, dando cuenta la investigaciónde Simón Castillo y Waldo Vila Muga en la Revista 180 de estudios históricos, se recaba la información que en su momento la ciudad de Valparaíso llegó a tener hasta 30 ascensores en funcionamiento entre las décadas de 1880 y 1930, como parte del pleno auge que experimentaba este tipo particular de transporte en la ciudad
Plano del Puerto de Valparaíso, 1925. El plano muestra los treinta ascensores construidos en Valparaíso entre las décadas de 1880 y 1930, período de mayor auge de este medio de transporte.Fuente: Elaboración mapa y descripción de Castillo y Vila Muga (2019) a partir de documentos históricos, en LOS ASCENSORES DE VALPARAÍSO: MOVILIDAD, TRANSPORTE PÚBLICO Y DESARROLLO URBANO (1880-1930)
El documento explica de siguiente modo el importante rol social que cumplieron los funiculares en su época de mayor actividad:
“El auge comercial vivido desde la primera mitad del siglo XIX llevó a una saturación del espacio en el Plan, promoviendo que personas de distintas condiciones sociales fuesen urbanizando los cerros. Tal como se vio, en el caso de los cerros Alegre y Concepción se establecieron numerosos comerciantes y clases altas. El crecimiento demográfico en aquellos lugares hizo rentable la instalación de funiculares sustentados en energía hidráulica, desarrollando una compleja infraestructura que luego se expandiría a otros cerros de la ciudad.Así, este medio de movilización alcanzó rápidamente cerros habitados por las clases populares, tales como el Cordillera, el Mariposa y el Santo Domingo, entre otros. Al alcanzar cotas nivel 50 o más, contribuyeron también a la aparición de nuevas periferias urbanas. En este sentido, el ascensor porteño tuvo, en su cobertura, un carácter socialmente más transversal que los carros de sangre y que los tranvías eléctricos: aquellos funcionaban, casi en su totalidad, en el Plan. Los funiculares permitieron así a una gran masa de personas llegar de manera rápida y económica al barrio Puerto, al centro y al Almendral, donde se encontraban las principales industrias, comercios y servicios públicos, lugares de trabajo de muchos residentes de las partes altas. Por ello, cada inauguración de ascensor constituía una fiesta para el cerro o sector beneficiado” (Castillo & Vila Muga, 2019, p.98).
Los ascensores de Valparaíso no solo son un símbolo de la identidad local, sino también un reflejo de los desafíos y oportunidades que enfrenta la ciudad. El futuro de estos históricos medios de transporte dependerá de la capacidad de las autoridades para revitalizarlos y garantizar su funcionamiento, con una comunidad cada vez más demandante en la búsqueda de soluciones y dando sugerencias para traer devuelta en plenitud la red. Asociaciones como la ASCENVAL han dado cuenta de una fiscalización ciudadana detallada, como parte de la preocupación y parte del amor que tienen los habitantes a la ciudad. Es así que, entonces, existe preocupación por la continuidad de una tradición que conecta a Valparaíso con su pasado y proyecta su esencia hacia el futuro.
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